La intervención de Henar rompe clichés sobre el perfil de cliente de las salas de bingo, al señalar que en 2019 sólo el 28% de sus visitantes acreditaba una edad superior a los 35 años.
Erróneamente suele asociarse al juego del bingo como una modalidad de entretenimiento antagónica con la implementación de tecnología avanzada. Nada más lejos de la realidad porque hasta donde la reglamentación vigente lo permite, bastantes de las funcionalidades técnicas descritas por Lluís Cabré en su exposición han sido integradas efectivamente en la gestión de las salas de Bingo.
Pero es en aspectos más concretos dirigidos hacia la dinamización del juego donde Fernando Henar trasciende con pesar «más de 40 años sin constatar una renovación tecnológica de alcance en el sector del Bingo español. Por eso los 325 establecimientos activos en España personifican un ejercicio de supervivencia. Nuestra pelea como colectivo es precisamente hallar el reconocimiento que nos permita aplicar tecnología en un sector que es exponente de entretenimiento y entorno socializante» (…) «Personalmente no veo todavía cuándo podré aplicar la tecnología que describían los especialistas de anteriores Mesas».
La ausencia de elementos dinamizadoras del juego en sí mismo vincula con otro factor decisivo en la viabilidad del negocio: la presión fiscal. «Afrontamos tipos fiscales superiores a la de otros juegos cuando en realidad estamos hablando de un juego de característica mutual que se desarrolla en establecimientos que en 2021 recibieron 5 millones de visitas en toda España».
A propósito del mito sobre el perfil de edad del cliente que acude al Bingo, siempre identificado por la percepción general con una persona de avanzada edad, Henar opone los datos que el sector dispone del año 2019, ejercicio previo a la pandemia. «El 24% correspondió a clientes en la franja entre 18 y 25 años. Únicamente el 28% de las visitas tenía una edad superior a los 35 años de edad. El Bingo es un sector muy arraigado a los usos y costumbres», recalcó Henar.
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