“Es evidente que, si los gobiernos autonómicos no nos ayudan en esta dramática situación, el goteo de cierre de salas se hará más recurrente y en poco tiempo podríamos dejar de existir”, dice Fernando Henar, presidente de Confederación.
Lejos de estabilizarse, la facturación de bingo sigue en caída libre. Tras un 2020 con casi mil millones menos, el primer semestre de 2021 arroja una pérdida de un 22,4% de ventas respecto al pasado y nefasto ejercicio. Este dato, lo que en realidad significa es que la industria del bingo ha tocado suelo con un -57,5% respecto a lo ingresado en 2019, último año normal de referencia. El montante, como ya se informó, fue de 869 millones € de ventas en 2021 frente a los 1.805 de 2019.
Así las cosas, y por muy reiterativo que parezca, el bingo se encuentra en una encrucijada, y si no se recibe ayuda de las Administraciones Públicas podría desaparecer a corto plazo. “Es evidente que, si los gobiernos autonómicos no nos ayudan en esta dramática situación, el goteo de cierre de salas se hará más recurrente y en poco tiempo podríamos dejar de existir”, dice Fernando Henar, presidente de CEJ, la patronal del sector. “Insistiré una vez más, añade, es como si nos agarráramos a un clavo ardiendo, pero ahora mismo solo nos queda una reducción de la fiscalidad al 10% win, tipo avalado por diversos informes como medida de sostenibilidad; todo lo demás no nos sirve”.
Los datos del primer semestre de 2021 fueron analizados en el Comité Directivo de CEJ, celebrado hoy. Las medidas restrictivas por causa de la pandemia de covid han ahondado la crisis estructural del bingo. Los cierres de actividad, restricciones de horario y aforo… han rematado a las salas de bingo. Es cierto que en algunas Comunidades más que en otras. Así, entre las peores, la Comunidad Valenciana ha caído un 85,1%; Asturias, un 55,2%, Cataluña, un 47,7%; Madrid, un 38,9%.
Entre las CCAA que mejor han resistido este semestre están Murcia, con un 33,1% de subida; Aragón, un 25,8%; Canarias, un 24,5%, o Andalucía, un 16%. Por si fuera difícil empeorar la situación, “parece que pesa sobre nosotros una maldición, dice Henar, ahora que confiábamos tanto en la desescalada, ya que nuevas amenazas se ciernen en el horizonte cuando se anuncia una quinta ola y nuevas restricciones. La ley de Murphy puede cumplirse con el bingo; ya saben, si algo es susceptible de empeorar, lo hará.”
El bingo electrónico, no obstante, resiste mucho mejor que el tradicional. Con ventas de 75,4 millones € en el primer semestre y proyección de 200 millones para el total de 2021. El dato relevante en este caso es que la Comunidad Valenciana, donde se jugaba la mitad del total del bingo electrónico, ha pasado al segundo lugar con un 28%, superada por Canarias, que ahora es líder de ventas con un 45% del total. Muy por detrás viene la Comunidad de Madrid, con un 11%.